Estas 12 reglas funcionan como una guía para mantenernos en la línea que separa el orden del caos. Ese equilibrio entre estabilidad, exploración, transformación, reparación y cooperación nos permite encontrar el significado que justifica la vida y su inevitable sufrimiento.Viviendo como hay que vivir, podemos tolerar el peso que supone ser conscientes de nuestra propia existencia, hacernos cargo de nuestra responsabilidad existencial y hacer lo posible para mejorar el mundo en el que vivimos.
El psicólogo clínico Jordan Peterson nos propone un viaje intenso por la historia de la humanidad para intentar responder una pregunta esencial: ¿qué información básica necesitamos para vivir en plenitud? Ciencia, psicología y religión se reúnen para plantear 12 reglas prácticas. Juntas, forman un antídoto que nos mantiene en la línea divisoria entre el orden y el caos. ¿Interesado? ¡Empecemos!
Regla 1: Enderézate y mantén los hombros hacia atrás Erguirse físicamente también implica hacerlo de manera interna. Asumir el desafío y la temible responsabilidad que supone vivir. Dejar atrás el paraíso inconsciente de la infancia y formar un mundo a tu alrededor donde puedas ser consciente y feliz al mismo tiempo.Una postura más firme hará que las personas te respeten. Di lo que piensas y deja claro lo que quieres. Camina con la cabeza alta. La imagen que transmitas a los demás retornará hacia ti en un bucle de retroalimentación positiva que te dará más confianza.Esto funciona incluso en un nivel neuroquímico: al recibir respeto y ganar seguridad, tu cuerpo producirá serotonina, que contribuye a regular la flexión corporal. Con niveles altos de serotonina sentirás menos angustia, tus conversaciones fluirán de forma natural y te será más fácil conocer personas. Eso aumentará las chances de que te sucedan cosas buenas.Puede que incluso seas capaz de aguantar los momentos difíciles de la vida y te conviertas en un soporte para tus seres cercanos. Tendrás mayor claridad sobre el destino que quieres para ti.Es posible que tu vida gane el significado suficiente para aceptar la terrible carga del mundo. Puede que, entonces, sientas alegría.
Regla 2: Trátate como si fueras alguien que depende de ti Muchas veces vemos que las personas cuidan más a sus mascotas que a sí mismos. Quizás no toman un medicamento recetado por sus médicos, pero no dudan en obedecer con precisión las instrucciones de su veterinario.Peterson intenta explicar esto con una de las heridas que sufrió la estructura de la existencia: la capacidad de diferenciar el bien y el mal. El hecho de que los humanos podamos sufrir también indica que somos capaces de infringir dolor, tanto sobre nosotros mismos como sobre los demás.Teniendo eso en cuenta, tiene sentido que nos cueste tanto cuidar de nosotros mismos.A eso, sumemos que sólo tú conoces todas tus fallas, tus carencias e ineptitudes. Nadie tiene tantas razones para despreciarte como tú. Pero, al mismo tiempo, eres todo lo que tienes.Entonces, ¿qué nos queda? En realidad, el desprecio hacia nosotros mismos es apenas la mitad de la historia. También existen innumerables personas que, a pesar de todo, se levantan cada día para intentar hacer del mundo un lugar mejor.A partir del caos que somos, podemos crear orden. Eres importante para otras personas y, sobre todo, para ti mismo. Eso debe ser motivo suficiente para que aprendas a valorarte y cuidarte.Fortalece tu espíritu, define quién eres, refina tu personalidad, elige tu destino y expresa tu ser. Como dijo Nietzsche, “quien tiene un porqué para vivir encontrará casi siempre el cómo”.
Regla 3: Traba amistad con aquellas personas que quieran lo mejor para ti No tiene sentido mantener contacto con un amigo que no te hace bien o que te perjudica de alguna forma. Ni siquiera por lealtad. No existe ninguna obligación moral de respaldar a alguien que está haciendo del mundo un lugar peor. Cuando te rodeas de personas que apoyan tus aspiraciones, no tolerarán tu cinismo ni tus tendencias destructivas. Una red de apoyo saludable te respaldará y celebrará contigo siempre que hagas las cosas bien, y te castigará levemente cuando no sea así.Te elevarán para que aspires a algo más. Así, podrás evidenciar las carencias del presente y la promesa que representa el futuro. Además, les demostrarás a tus malas influencias que, si ellos perdieron el interés por la vida, fue porque no quisieron cargar con el mundo a sus espaldas, como todos los demás.
Regla 4: No te compares con otro, compárate con quien eras antes La regla lo deja bastante claro: cada persona vive a su propio ritmo. Evita compararte con los demás y podrás alejarte de la frustración. Aunque eso no es una excusa para conformarte con tu situación actual, más bien, todo lo contrario.Busca algo que te moleste o te preocupe. Para encontrarlo, hazte las siguientes preguntas:• ¿Qué me molesta?• ¿Es algo que podría arreglar?• ¿Estaría realmente dispuesto a arreglarlo? Una vez que la cuestión supere esos filtros, encuentra una solución para ella y ponla en práctica.Si es difícil para ti lidiar con una tarea, un problema o una situación, divídelo en partes más fáciles de digerir. Dedícale unos minutos el primer día. Intenta dejar una parte lista. Cuando se trate de enfrentar miedos, exponte poco a poco al peligro hasta que puedas superarlo.Vive la vida un paso a la vez y, en un tiempo, podrás estar satisfecho cuando mires hacia atrás todo el camino recorrido.
Regla 5: No permitas que tus hijos hagan cosas que detestes Como estarás imaginando, esta regla se dirige concretamente a los padres. Si percibes que no te gusta una cierta actitud de tus hijos, es tu responsabilidad educarlos.Debes enseñarles a diferenciar el bien del mal y cómo actuar en sociedad. Esas serán las herramientas que usarán en el futuro para lidiar con el mundo, que muchas veces puede ser un lugar frío y hostil.También es importante que sepas aceptar los errores que cometerás mientras los educas. Pide disculpas y aprende a hacerlo mejor.
Regla 6: Antes de criticar a alguien, asegúrate de tener tu vida en perfecto orden Una gran lección. Valora las circunstancias de tu vida en este momento.¿Supiste aprovechar realmente las oportunidades que te han ofrecido? ¿Estás dando lo mejor de ti en tu carrera y tu trabajo, o estás dejando que la amargura y la mediocridad te dominen? ¿Tienes una buena relación con tu hermano, con tus padres? ¿Estás tratando a tu compañera y a tus hijos con respeto? ¿Tienes hábitos que están destruyendo tu salud?Si haces cosas que saben que están mal, deja de hacerlas, ahora mismo. No digas cosas que te debiliten o avergüencen. Elige palabras que te hagan más fuerte y haz sólo aquello de lo que te puedas sentir orgulloso.Recién cuando estés en paz con quien eres y con tu vida podrás intentar ayudar a los otros.
Regla 7: Dedica tus esfuerzos a hacer cosas con significado, no aquello que más te convenga Mantente humilde y centrado para poder dar lo mejor en realizar acciones que tengan sentido.Lo conveniente, el camino fácil, tiene que ver con el beneficio a corto plazo, es egoísta y superficial. Implica ser cobarde y evitar tus responsabilidades. Además, apenas funciona en el presente.Su contraparte es el significado, que satisface todos los impulsos. Indica que estás en el lugar y en el momento indicados. Es el equilibrio definitivo entre el caos de la transformación y la posibilidad y, por otro lado, la disciplina de un orden impoluto.Llevar una vida con significado es mejor que tener aquello que deseas, porque puede que no sepas qué es lo que deseas ni lo que en realidad necesitas.
Regla 8: Di la verdad, o por lo menos no mientas No podría ponerse en términos más simples, ¿verdad?La palabra es lo más importante que tiene el hombre. Según Peterson, podemos convertir el caos en ser a través de la palabra. Transformamos las numerosas posibilidades del futuro en realidades del pasado y del presente.La verdad es el mayor recurso natural, uno que nunca se puede agotar. Y, aún más importante, es algo personal.Tu verdad es algo que sólo tú puedes determinar, siendo que se basa en las circunstancias únicas de tu vida. Debes entender tu verdad personal para expresarla bien, tanto a ti mismo como a los demás.
Regla 9: Da por hecho que la persona a la que escuchas puede saber algo que tú no sabes Una conversación constructiva implica que las personas involucradas puedan expresar y organizar sus pensamientos. También es útil que mantengan sus mentes libres de prejuicios anteriores y abran la puerta a nuevas perspectivas.Lo fundamental, en cualquier caso, es aceptar que no lo saben todo. Deben respetar la experiencia personal de los demás y asumir que son capaces de formar conclusiones meditadas y auténticas.Reflexiona al mismo tiempo que escuchas y permitirás el desarrollo de un diálogo enriquecedor. A partir de la conversación, los involucrados podrán avanzar juntos hacia un lugar más nuevo, amplio y mejor.A medida que dejamos atrás nuestros antiguos supuestos, todos cambiamos y renovamos nuestro pensamiento. Después de todo, tu sabiduría no vendrá de aquello que ya sabes, sino de la búsqueda continua de conocimiento.
Regla 10: A la hora de hablar, exprésate con precisión La precisión es necesaria para reducir las posibilidades. Si te sientes mal, pero te resistes a ir al médico para obtener un diagnóstico específico, bien podrías estar muriendo o sólo teniendo gases.Ser precisos también nos permite reducir el poder de nuestros miedos. Al saber exactamente a qué nos enfrentamos, podemos prepararnos mejor.Cuando ignoras la realidad por miedo a lidiar con ella, lo más probable es que te genere confusión y sufrimiento.Todo eso demuestra el poder de expresar y recibir información precisa. Sé claro al hablar, te permitirá comprender qué es lo que quieres decir. Lleva eso a la acción para descubrir qué es lo que sucede. Una vez que llegues a ese punto, presta atención. Identifica tus errores y haz lo posible para corregirlos. Ese proceso de observación te llevará a un mayor autoconocimiento.
Regla 11: Deja en paz a los chicos que andan en patineta En la anteúltima regla, el autor hace referencia a la sobreprotección. Peterson defiende la idea de que los niños necesitan poner a prueba los límites de la autoridad para comprenderla y, eventualmente, convertirse en hombres.Hace hincapié en que debes dar fuerzas y motivar a aquellos que dependen de tu cuidado, en vez de protegerlos hasta debilitarlos.
Regla 12: Si te encuentras a un gato en la calle, acarícialo Como lección final, el autor recurre a la actitud desinteresada de los gatos. Dice que parecen estar dispuestos a interactuar con los humanos por motivos extraños que sólo ellos comprenden. Los considera una forma del ser que mira a los seres humanos y da su aprobación.Cuando te encuentras uno en la calle e intentas acariciarlo, puede salir corriendo, ignorarte por completo o acercarse a ti y aceptar el cariño.Peterson cierra su libro con la siguiente reflexión: “si prestas atención, incluso en un mal día puede que tengas la suerte de encontrarte con pequeñas oportunidades”.No importa que se trate de un buen café, sentir el sol en la piel al salir a la calle o encontrar un amigo felino. Aprecia los pequeños detalles de la vida y comprenderás que la maravilla del ser puede compensar el sufrimiento que lo acompaña.
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